Después de enviar varios mensajes a alguno anfitriones envié un mensaje a el mismo hotel donde ellos habían estado haciendo su voluntariado años atrás, sin ningún tipo de esperanza de que mi voluntariado fuera en el mismo sitio que ellos.
Y no sabría deciros si fue por azar o por lo que fuera, pero el único sitio que me respondió fue el mismo hotel.
Después de intercambiar algunos emails con el encargado del hotel, varios días mas tarde empecé mi voluntariado en Puerto Viejo. Un hotel de tan solo 6 cabañas perdido en medio de la selva y con playa privada.
Hablando con el dueño, no determinamos una estancia exacta, tipo 1 mes o 3 semanas… por suerte no tenia ningún presión, ya que podía estar el tiempo que yo quisiera.
Mi horario era bastante bueno, trabajaba de 6 de la mañana a 12 del medio día. En ese horario matinal servía los desayunos a los clientes de las cabañas, y una vez estos se marchaban a sus excursiones o quehaceres, limpiaba sus habitaciones y los baños.
Mientras este trabajo estuviera realizado en mi horario, el resto del día lo tenia libre para hacer lo que yo quisiera.
Mi primera semana fue en ese horario. En la segunda semana cambiamos el turno con otra voluntaria, ella haría el horario de mañana y yo el de tardes.
Por las tardes no tenia mucho trabajo que realizar, tan solo atender a los clientes que llegaran (que eran bastante pocos) y tener la zona de ocio limpia y ordenada.
Este tipo de cambio de turno se realizaba cada semana, para que el trabajo fuera más repartido.
Esto permitió que conforme los voluntarios íbamos llegando, nos lleváramos bien y pudiéramos compartir experiencias juntos, como ir a tomar cervezas a los chiringuitos o locales de Puerto Viejo.
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